El perfume como herencia invisible

 María Eugenia Sanchotena

 

Hay historias que no se escriben con tinta, sino con memoria y aromas. La historia de María Eugenia Sanchotena comienza en Rosario, Argentina, entre el olor a madera lustrada de una vieja ferretería de barrio, las lilas del jardín delantero, el limonero del patio y un laurel que perfumaba los veranos junto a la piscina. Cada aroma era un viaje secreto, una promesa de que, algún día, esos recuerdos encontrarían su lenguaje en los perfumes.

Un legado marcado por la resiliencia

En su sangre late la memoria de los Agotes del Valle del Baztán, un pueblo de artesanos confinados en Bozate durante siglos, que transformaban la madera y la piedra en obras indispensables y bellas, aun cuando eran repudiados por la sociedad que las necesitaba.

De ellos heredó la resiliencia y la sensibilidad artística. De su abuelo Fermín, txistulari y tamborilero en Rosario, aprendió que la identidad es un tesoro que se defiende con música, con palabras, con actos cotidianos. Ese linaje invisible la sostuvo en cada paso de su camino.

El despertar de una pasión

Siendo adolescente, Maria Eugenia ya buscaba diferenciarse. Mientras otros elegían perfumes masivos, ella se dejaba seducir por fragancias transgresoras, memorables. Les Belles de Nina Ricci y Kenzo Jungle L’Elephant fueron sus primeras rebeldías olfativas: perfumes que no pasaban desapercibidos y que le enseñaron que un aroma puede ser un manifiesto.

De la curiosidad al oficio

Su llegada al País Vasco abrió un nuevo capítulo. Años de trabajo en cadenas de perfumería la formaron en la disciplina y el detalle, pero sus noches estaban dedicadas a otra cosa: estudiar, leer, investigar. Con el tiempo, esa inquietud se convirtió en vocación profesional:

  • Diploma en Perfumería Natural, Marina Barcenilla School of Creative Perfumery.
  • Curso en Moléculas Aisladas Naturales.
  • Entrenamiento Olfativo en materiales de síntesis.

Cada título era una llave más para abrir un mundo que no se conformaba con vender perfumes, sino con contar historias a través de ellos.

El nacimiento de Perfumería Sanchotena

En 2019, después de más de veinte años de recorrido, Maria Eugenia decidió transformar el sueño en realidad. Primero fue una tienda online, después un espacio físico en Durango (Bizkaia). No era una tienda al uso: era un refugio sensorial, un lugar donde la gente pudiera descubrir lo que nunca había olido, donde cada frasco esconde una historia íntima, un paisaje, un recuerdo.

Arte en frascos

Mientras la perfumería comercial busca fórmulas que seduzcan a las masas, la perfumería de autor busca almas curiosas, sensibles, dispuestas a descubrir lo extraordinario. Para Maria Eugenia, cada perfume que entra en su tienda debe ser único, honesto, irrepetible. Por eso trabaja en contacto directo con los perfumistas, escuchando sus relatos, eligiendo solo aquello que vibra con autenticidad.

Una nariz inquieta mirando al futuro

Hoy, Maria Eugenia se define como una nariz exploradora, guiada por la intuición y el deseo de educar olfatos curiosos. Sueña con crear un espacio donde los niños aprendan a jugar con los aromas, donde los adultos redescubran recuerdos dormidos y donde, algún día, nazca su propia marca de perfumes, inspirada en la naturaleza y la espiritualidad.

Una invitación

Perfumería Sanchotena no es solo un lugar donde se venden perfumes: es un espacio donde la memoria, la tradición y el arte se encuentran en un frasco. Te invitamos a entrar, a dejarte sorprender, y a descubrir que un aroma puede cambiar para siempre la manera en que recordarás el mundo.