Colección: Sandra Iruela
Perfumista, Formadora en perfumería,
Consultora en diseño de fragancias y
Experta en marketing olfativo sensorial
Apasionada de la perfumería como he sido siempre, me licencié en Ingeniería Química en la UPC y centré toda mi carrera universitaria en el desarrollo de perfumes y aromas.
Tanto esfuerzo valió la pena y años después acabé formando parte del equipo técnico de I+D de Puig. Una década de proyectos llena de momentos únicos que me llevó a convertirme a posteriori en la Responsable de Evaluación de Fragancias en Mane.
Pero el gran salto, el definitivo, el que me llevaría a cumplir mi sueño con mayúsculas llegó tras una estancia de dos años en la cuna del Perfume, la ciudad de Grasse, en Francia.
Allí, no solo amplié mis conocimientos si no que regresé con todo un proyecto bajo el brazo: la creación de mi propia empresa de consultoría de perfumería Sandir, donde imparto formación y realizo consultoría en diseño de fragancias y cosmética.
¡Sueño Cumplido!
Recuerdo mi infancia a través de los olores… a huerta, a frutas de verano, a paseos al atardecer… No había ni un solo en el que el olor no estuviera presente en mi vida; ni tampoco un solo instante en el que dejara de soñar con crear algún día mis propios perfumes, ¡y siempre lo intentaba!
Desde niña, desde que tengo uso de razón, los perfumes han sido mi pasión, me fascinaban. Tanto, que ahorraba todo lo posible -en cumpleaños, Navidad…- para poder permitirme hacerme ese regalo; y esperaba emocionada que llegara el día en el que saliera de la perfumería con mi fragancia en las manos; y no cualquiera, ¡qué va…! Sentía verdadera devoción por aquellas llenas de personalidad, de elegancia que me hacían sentir tan especial. No podía resistirme a pesar de la sorpresa que esto generaba en mi madre, quién no podía entender cómo una niña de tan solo diez años pudiera perfumarse con fragancias que ni siquiera ella utilizaba.
Ya tenía muy claro que quería ser perfumista, y que haría que el olor fuera tan significativo y mágico para otros como lo era para mí.
